El blog de Noa y sus travesuras, parece que ha caído en el baúl de los recuerdos, y mira que la vida de una niña siempre será más divertida que la de un adulto.
Pues vamos a darle vidilla al blog con este post y empezamos con la caída de un diente y la visita del Ratoncito Pérez.
Aún recuerdo cuando a mí se me cayeron las paletas, y jugaba con mi propia lengua balaceándola por el hueco y Noa es lo primero que hizo.
Después hizo una carta para el Ratón Pérez, pidiéndole 50 € por su diente, puro chantaje que me tome con una sonrisa que me llego de oreja a oreja.
Aunque en el fondo pensé: estos niños saben latín.
Cuando fuimos de viaje a la Manga del Mar Menor, el armario del hotel tenía un enorme espejo que pillaba las dos puertas.
Nos estábamos preparándonos para ir a la playa/ piscina cuando a Noa se le ocurrió que nos hiciéramos una foto: ¡mama, mama como las influencers!
Y aquí estoy yo, con mi princesa y con mis kilos de más, mi barriga, mis michelines y demás…
Y me dice: mama, estas guapisimaaaaa y muero de amor.
Tema vestir igual que mama, la verdad es que nunca me lo he planteado, pero resulta que tenemos un vestido parecido y aquí que nos los pusimos y posamos como auténticas modelos.
Si os soy sinceras, nos sentimos las reinas de la noche, conque lo mismo nos compramos algún modelito para presumir mama/ hija.
Una de las pasiones de Noa, es el maquillaje, y encima le tiene un manejo que maquilla mejor que yo.
Cuando era más peque, le regale un estuche de maquillaje y se lo guarde porque veía que lo iba a romper.
Pues estando en primark, cogió una paleta de sombras y se las iba a comprar con su dinerillo y le dije que no que en casa tenía una, ella creía que la estaba engañando y puso cara de pena.
Pero al llegar a casa, se sorprendió del pedazo de estuche de pintura que tenía y encima de verdad, conque ni corto ni perezoso, se maquillo.
Y aquí estoy yo, con mi maquillaje realizado por mi princesita, que el eyer liner lo realiza a la perfección en su trazado.
Mascotas se dice pronto, porque esta perrita es una más de la familia.
Noa le ha enseñado a jugar a piedra, cartón y tijeras y echa la pata para jugar.
Y no se te ocurra pegarle a la perra, que la señorita Noa, te come, es defensora de los animales y no le da miedo nada, conque cuidadito.
Mascarillas, los peques la llevan mejor que los adultos.
Ellos han llevado muy bien el confinamiento, llevan las mascarillas sin rechistar y posan con ellas con más elegancia que los adultos.
Veremos ahora en el cole, que pasara, y que condiciones impondrán para estar en las aulas con seguridad y con protección.
Cabello, Noa no se deja que le toque el cabello, solo lo imprescindible.
El sueño de toda mama, es ponerle lazos y cositas bonitas en el cabello y el sueño de Noa es llevarlo sueltos estilo hippie.
Aproveche que estábamos viendo una peli, para hacerle un peinado y me dice: échame una foto que quiero verlo, y hasta le gusto.
Verano, es sinónimo de piscina y playa, conque cada vez que puedo, nos bajamos un rato a la playa para bucear y ver peces.
Cuando era más peque cogía pan para que comiera los peces y quería cogerlos con la red, pero ahora le gusta bucear y verlos y casi tocarlo.
Caracolas o cositas del mar es lo que tiene haber aprendido a bucear.
Desde que Noa pisa la playa, su entretenimiento es ponerse las gafas de sol y bucear para ver peces y encontrar conchas, piedras o restos de caracolas.
Y se encontró con esta preciosidad que al principio se pensaba que era un botón.
Un día se encontró una concha con una forma un tanto extraña y dijo que era un corazón, y se lo regalaba conque la cogí y la metí en mi cajita de los tesoros.
Y con esta pedazo foto, os manda mucho amor y hasta el próximo post.
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