Un poco de vida en tiempos de Covid o toda una vida por delante, eso es lo que tiene los niños de hoy en día, toda una vida por delante para descubrir la vida.
Las mascotas siguen siendo una de las pasiones de todo niño y si no que niño, no le pide a su padre un perrito, pues aquí esta Noa con su perra que defiende a capa y espada de cualquiera que se le ocurra regañarle.
Y el móvil, otro de su aficiones que yo creo que nació con el pegado, porque se pasa mucho tiempo con él, y ahora desde que tiene Duo, se conecta con su compañeros de clase, conque con esto de la pandemia le ha venido bien ya que no puede jugar con ellos personalmente.
Mascarilla. Este nuevo artículo que vino para quedarse entre nosotros y no tiene prisa por irse. Pues ya tenemos las mascarillas personalizadas con su nombre y con sus juegos favoritos en este caso Minecraft.
Desde aquí quiero dar las gracias a todos los niños del mundo, que en estos momentos duros han sabido adaptarse a ponerse las mascarillas sin rechistar, dándonos un ejemplo a los adultos de que no se puede salir sin ellas, y están en el cole pasando frio y con mascarillas durante toda la clase.
Payasa. No se vuestros niños pero yo tengo en casa una payasa que en cualquier momento me saca un sonrisa con su cosas. Lo mismo aparece con unas gafas al estilo Anastasia o se me disfraza de muñeca de miedo. La imaginación de un niño no tiene límites y sabe sacar lo bueno de cada uno.
Colecho. En oriente los niños duermen hasta los 2 o 3 años mínimos con sus padres, no es una cuestión de edad, sino de ver que el niño ya está preparado para dormir solo. En china no conoce lo que es la muerte súbita del bebe.
Noa duerme con mami desde que nació y tan contentos, incluso se va a las camas de su hermanos. Se ira a su cama cuando ella está preparada de hacerlo ella solo, se acabaron las normas impuesta por una sociedad consumista.
Anécdota. Tener un niño en casa es toda una aventura, y si encima no se oye ruido, algo pasa.
Pues una tarde de esas revoltosas ya que Noa no para en un momento, escuchemos un silencio que cada vez se hacía más largo… nos asomemos al comedor y nos encontremos a Noa durmiendo con la perra en su cojín. Me vino una sensación de risa y pena a la vez porque mi niña se quedó durmiendo casi en el suelo
MiniHollywood. Me hice con las entradas del Minihollywood para que Noa viera los animales y disfrutara de un espectáculo de vaqueros y la verdad es que no paro un rato y se lo paso genial y se hizo la foto con el tigre y tan contenta.
Y hasta aquí llego un poco de vida en tiempo de Covid, os
espero en el siguiente post…
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